Para comunicarse saludablemente, hay que desactivar nuestro arbitrario sistema contable. Allí siempre el Balance arroja un sospechoso resultado: supuestamente hemos dado más en relación a lo que recibido.
Primera suposición: Somos más buenos y generosos que el otro.
A partir de esa evaluación, ya consideramos que los demás están en deuda.
Eso nos posiciona en un lugar de espera. Sólo es cuestión de tiempo. El prójimo, “endeudado” de por vida con nosotros, habrá de retribuir tanta nobleza. Deberá invitarnos, cuidarnos, llamarnos, asistirnos, etc.
Segunda suposición: Somos acreedores. Factura en mano, aguardaremos la devolución a nuestra desinteresada generosidad.
Comienza a transcurrir el tiempo y, nuestras expectativas no se manifiestan en el “retorno” de nuestra entrega hacia la humanidad. De acuerdo con las diferencias de estilo, esta tercera etapa puede manifestarse en:
Tercera suposición: Puedo vivir en Modo Reclamo (sea esto expresado abiertamente o no). He sido generoso. El otro no pagó su deuda. A reclamar se ha dicho.
Un cambio de perspectiva en relación a este “sistema contable” nos llevará a una existencia más saludable y a vínculos de mayor libertad. ¿En qué consiste ese cambio de perspectivas?:
Noveno principio para una Comunicación Saludable: Conectamos bien con el otro cuando dejamos de vernos como mejores que los demás.
Dr. Gustavo Bedrossian