“Sin facturas ni reclamos”

“Cerrar Todo”
26 febrero, 2018
“Más allá del permiso”
16 abril, 2018

“Sin facturas ni reclamos”

Para comunicarse saludablemente, hay que desactivar nuestro arbitrario sistema contable. Allí siempre el Balance arroja un sospechoso resultado: supuestamente hemos dado más en relación a lo que recibido.

Primera suposición: Somos más buenos y generosos que el otro.

 

A partir de esa evaluación, ya consideramos que los demás están en deuda.

Eso nos posiciona en un lugar de espera. Sólo es cuestión de tiempo. El prójimo, “endeudado” de por vida con nosotros, habrá de retribuir tanta nobleza. Deberá invitarnos, cuidarnos, llamarnos, asistirnos, etc.

Segunda suposición: Somos acreedores. Factura en mano, aguardaremos la devolución a nuestra desinteresada generosidad.

 

Comienza a transcurrir el tiempo y, nuestras expectativas no se manifiestan en el “retorno” de nuestra entrega hacia la humanidad. De acuerdo con las diferencias de estilo, esta tercera etapa puede manifestarse en:

  • No se expresa nada, pero se vive enojado, resentido y distante ante la injusticia
  • Sutilezas e indirectos mensajes donde se busca la incomodidad y reacción del otro
  • Reclamos de todo tipo donde el “deudor” es constantemente acosado

Tercera suposición: Puedo vivir en Modo Reclamo (sea esto expresado abiertamente o no). He sido generoso. El otro no pagó su deuda. A reclamar se ha dicho.

 

Un cambio de perspectiva en relación a este “sistema contable” nos llevará a una existencia más saludable y a vínculos de mayor libertad. ¿En qué consiste ese cambio de perspectivas?:

  • Recordar que tan sólo somos administradores de todo lo que Dios nos da: tiempo, capacidades, creatividad, dinero…
  • Agradecer siempre por cada pequeño gesto amoroso del otro
  • Romper con nuestro combo mental que incluye “Soy mártir, soy el más bueno, están en deuda conmigo y viviré reclamando, para luego volver a sentirme mártir”. En este combo enfermizo hacemos todo lo posible para que los demás no puedan hacer algo por nosotros, ya que esto quitaría fuerza a nuestra argumentación victimizante.
  • Vivir y dejar vivir.

 

Noveno principio para una Comunicación Saludable: Conectamos bien con el otro cuando dejamos de vernos como mejores que los demás.

Dr. Gustavo Bedrossian

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *