“Inspiración en lugar de Intervención”

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“Inspiración en lugar de Intervención”

Frases que escuché por estos días:

  • “Me di cuenta que toda mi vida me dediqué a patrullar en relación a lo que el otro hace”
  • “Me hubiera gustado que mi pareja me hubiera cuidado en lugar de haber sido custodiado y vigilado”
  • “Siempre me siento tentado a intervenir cuando veo algo que no me gusta de otra persona. Siento que no intervenir es un síntoma de la falta de amor o compromiso”.

 

Patrullar. Custodiar. Intervenir siempre.

Tres formas de expresión que aluden al mismo fenómeno: una combinación de control, autorreferencia y omnipotencia.

Caemos en esta trampa de la intervención constante cuando operan estas creencias dentro de nosotros:

  • Todo depende de nosotros
  • No debemos callarnos ante cada comportamiento ajeno que, a nuestro entender, es inadecuado
  • Si no actuamos, el mundo entrará en un caos irreversible. Nuestra intervención mesiánica salvará a la civilización
  • Quien alguna vez se queda quieto y no se mete es un mediocre, conformista y desamorado
  • Dios nos ha asignado el rol de supervisar las veinticuatro horas el accionar de los demás. Esto incluye incluso nuestro tiempo de sueño, donde allí también aparecerán escenas en las que combatiremos el mal.

 

El resultado ante este estilo de afrontamiento siempre es el mismo: Cansancio, Ansiedad, Relaciones Rotas, Frustración y Enojo. Y muchas personas, en lugar de reconocer lo insalubre de este estilo, creen que se sale adelante con mayor control e intervención.

 

¿No será tiempo de repensar este accionar?

¿Será que el lema “vivir y dejar vivir” habrá que incorporarlo de una vez por todas?

¿Tal vez el silencio, el acompañamiento y nuestra oración puedan ser más útiles que nuestra marcación permanente?

¿Y si nos enfocamos en mejorar nosotros en lugar de mirar siempre hacia los costados?

 

No bajes los brazos. Siempre sigue intentando ser un hacedor de bien y alguien que aporte bendición a tu entorno. Pero recuerda que no todo depende de ti. Inspiración no es lo mismo que intervención; por lo tanto, inspira con tu ejemplo a otras personas. Habla menos. Ora más.

Dr. Gustavo Bedrossian

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