Dios es bueno, muy bueno.
Hoy te quiero compartir el valiente testimonio de Carina Diz (publicado en Facebook), esposa de mi querido amigo Fernando Mardoian. Ellos han formado una hermosa familia. Tienen dos hermosos hijos: Denisse e Iván. Pero ésta familia podría nunca haber existido. Quizá Carina te lo explique mejor:
“He querido escribir todos estos días, a propósito del Proyecto de Ley para la Legalización del Aborto. Me parece tiempo oportuno de manifestar vivencias personales y dar testimonio de lo que Dios puede hacer.
Fui un embarazo no deseado. Familia de clase media: papá, mamá y dos hermanos más. Yo, la última en llegar. Durante buena parte de mi vida, crecí pensando que me habían esperado con amor y alegría. Pero no fue así.
Mi mamá vivió distintas situaciones dolorosas y fue impulsada a no continuar con el embarazo. Tuve la “gracia” de que un profesional de la familia haya dado la batalla por mi vida. Ese alguien, el obstetra, ayudó y aconsejó a mi madre para que pudiera seguir adelante, a lo cual ella luego de consultas y entrevistas, accedió. Tenía razones para no hacerlo. Pero enfrentó TODO con valentía y siguió.
No ha sido fácil la niñez. Pero Dios estuvo SIEMPRE cercano. Creo firmemente que Dios acompañó el transcurso de TODA mi historia y la de mi familia.
Como dice el Salmo: “Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando aunque no existía uno solo de ellos”. (Salmos 139:16, la Biblia).
El tema me sensibiliza, como se imaginarán… No dejo de pensar algunas cosas… Me pregunto: ¿En qué momento empezamos a naturalizar todo? ¿Hasta cuándo creeremos que podremos ir en contra de la propia humanidad, ya sea con la eutanasia, el aborto, o cualquier otra cultura de descarte o eliminación?
¿Cuándo comenzamos a creer que es un derecho, terminar con la vida de otro, que es TAN humano como yo, sólo que transita una etapa distinta de desarrollo? ¿Creen sinceramente que es una ampliación de derechos sobre las mujeres? ¿No es el aborto un acto violento? ¿No creen que se agrega un eslabón más en esa cadena de dolor?
Mi mamá fue víctima de violencia. Haber terminado con el embarazo, hubiera sido una respuesta más dura y más violenta, digna del círculo en el que tuvo que vivir y por supuesto yo no estaría aquí.
No juzgo ni condeno a nadie. No estoy para eso. Simplemente cuento lo que yo viví. Yo puedo alzar mi voz y quiero hacerlo por los que no lo pueden hacer. Es mi compromiso por lo que viví, por quien me dio la vida y por lo que Dios hizo por mí”.
Comparto esto con permiso de Carina. Ese aborto no sólo la hubiera matado, sino que también hubiera atentado contra el nacimiento de Denisse e Iván. Una buena decisión provocó una cadena de bendiciones. Más allá de la desesperación en un momento difícil (por ejemplo, el que atravesó la madre de Carina), existe un Dios capaz de producir siempre algo bueno, algo muy bueno. Aún en la hora más difícil, Él tiene bellos propósitos.
Dr. Gustavo Bedrossian