¿Dónde poner las fuerzas?
¿Cuánto hacer? ¿Cuánto no hacer?
“Todo lo que te venga a mano para hacer, hazlo según tus fuerzas”. Es un principio espiritual que encuentro en la Biblia (Eclesiastés 9:10).
¿Qué significan para mí estas palabras?
- Dios no me pide que hoy me encargue de lo que potencialmente pueda concretar en el futuro. No me llama a enfocarme en las decisiones pasadas. Me invita a mirar mis manos. Me desafía a transitar el desafío y las posibilidades del presente. Algo está pasando por mis manos. Algo está a tu alcance. Allí es necesario que pongamos el foco, la pasión, el amor, nuestras capacidades. A no fantasear, sino a realizar. Se trata de no menospreciar lo que hoy somos.
- Justamente se trata de “hacer”. Sobran opinólogos y excusólogos. Todos somos maravillosos hablando. Pero no nos engañemos; se trata de lo que hacemos. Los hacedores no prometen sino concretan.
- Y, para ser equilibrados, Dios nos propone desafíos proporcionales a “nuestras fuerzas”. Nos creó con posibilidades, pero también con limitaciones de tiempo y de fuerzas. Extraordinariamente puede llegar a darnos fuerzas especiales en algún momento; pero no podemos exigirle esfuerzos a la máquina (nuestro ser), que superen su normal funcionamiento. No medir fuerzas es patológico; nos lleva a la enfermedad. No somos omnipotentes. No nos impongamos responsabilidades que superen nuestras fuerzas; sería ir en contra del diseño divino.
Por lo tanto…
Vamos para Adelante
Mirando lo que hoy tenemos en nuestras manos
Dignificando las posibilidades del presente
Siendo hacedores
Que saben reconocer sus límites
Y se enfocan en lo que realmente deben hacer.
Dr. Gustavo Bedrossian